Nos dicen que el rojo es el color del señor y de la guerra; y el azul, el del esclavo [lo dijo, hace mucho, Hegel], nos dicen de seguir nuestros deseos y usar nuestra razón; pero dicen en pie ahora, [después de tantos años] tras la vida cimentada en la memoria y en la silla fija frente al encerado. Nos dicen ahora, que aprendimos a aspirar a una vida tranquila sin batallas, anhelos ni ambiciones; y nos hablan del rojo y del deseo cuando esa sencillez y ese aprenderse [con miedo] las listas de nombres de autores y obras nos arraigaron en azul en las entrañas.
Temo que hoy sólo podamos aspirar a ser violados.