lunes, 13 de junio de 2011

Avda. Rimini, 2. D. (bajando a la derecha)

 (A Francesca.) 

Veo mi reflejo en tus lágrimas mientras giramos y giramos y me pregunto si [un desmayo, algo de sangre, un tercero, un final tonto] no será lo que les ocurre al final a todos, un cuento de borrachos que se beben [a Ginebras] tontos ciegos.
Y ahora que sólo giramos y giramos en esta noche sin fin y tú sólo lloras y roncas yo me sigo preguntando, primo inútil, si de verdad necesitaste el libro para atreverte a besarme. 




martes, 7 de junio de 2011

Nudo de cuerdas (provisional)


Albergamos un miedo tan atroz a sentir que perdimos nuestro tiempo que enseguida buscamos a alguien que nos lo ocupe, a alguien en quien derogar la culpa que, a posteriori, nos embargará por haber dejado que ocurriera.

Y consagramos la vida a esa tarea de búsqueda que se detiene con alivio a cada mirada de asentimiento, de condescendencia, de interés, que convierte el juego en un presagio de descanso incierto en nuestra vida y en ese tiempo abismal que nos aterra.