sábado, 31 de diciembre de 2011

Medios fines de algún signo

Qué fácil es [con alas rotas] dejarse caer aovillados en el lecho de plumón de las caricias si te dejan, qué cómodo es de pronto el refugio cálido de los bolsillos del otro para las manos que quieren [ateridas] ocultarse de frialdades; y con la mejilla al abrigo de la lana, rozar con las pestañas cada fibra; hasta que  un parpadeo, un gesto, una palabra de más te encuentra en falta.

Y entonces [aclara el día] qué fácil y qué rápido se recomponen ropa y rostro y qué premura para enmascarar los párpados. Y qué fácil que de pronto sobre todo y falte algo, en la piel puntos de aristas y en los bolsillos las manos aún horaden frías la tierra que [sales, cenizas, espumas] a puñadas ya sepulta los restos de aquellas alas.

martes, 20 de diciembre de 2011

La noche madrileña

Leila Amat. Madrid. 2010-2011
Se encarnan, se enroscan, despliegan sus alas entre una guitarra  y un par de canciones, y tras pasos despiertos con los ojos secos y la boca amarga, buscando, sin ansias, con calor, con cartas, con dichas y [un] callo latiendo en los dedos [no], cantamos o hablamos [tampoco recuerdo] pero queda mañana en el cielo alerta y en la piel rozada.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Bucea lento (canción extraña)

Cielo blanco, nubes rosas, se diluyó esa noche turbia entre los dedos y no sé aún por qué pero bailamos, es por la mañana temprano o muy tarde, según, qué más da, sin conocernos, apretando como si quisiéramos rompernos, solos, en la calma de la luz de invierno. Y habrá tiempo para [despierta] todo.

martes, 22 de noviembre de 2011

Sino circense

Te dirás niña tonta y arañarás rostro y paredes por haber dejado que ocurriera, por haber dado lugar a lo que llamarás traición, que juras no volver a hacerlo nunca pero sabes que volverías y volverás porque  necesitas paliar la soledad de esta espera que poco a poco te corroe por dentro como el mejor de tus filtros de bruja velada.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Contaminación

No puede ocurrirnos nada de improviso porque ya hemos agotado cada futurible al infinito:  encuentros y roces que estallan en el momento álgido de esa canción, engranajes que de pronto encajan conversando en un garito. Hasta los tropiezos y caídas tienen en nuestra cabeza un rostro sin rasgos y una voz sin matices pero tienen rostro y voz; y sólo porque ya ha ocurrido en las ficciones engendradas y sólo por eso es menos probable por no decir imposible que ocurra y si ocurre no tendrá la magia de lo inesperado porque ya tenemos impresos a fuego los esquemas de actuación, los patrones, los roles y hasta los diálogos.
Lo hemos visto y leído tantas veces que sólo nos resta elegir una mejor banda sonora.

martes, 15 de noviembre de 2011

Noviembre será más cruel

Hace casi un año que vino dice que a verme y ya no siento nada al ver fotografías en las que sostiene a otra entre sus brazos de arena, porque yo siempre fui otra para aquel arquero tártaro y nunca fui más que esa isla en la que recalar, Madrid y habitaciones y noches que caen como gritos ahogados y nieva de pronto y vuelve áspera la piel pero ya no es ni será nunca lo mismo o quizá ni siquiera lo fue. Nunca. 
Aún no hace el suficiente frío para que apriete los dientes. 
Y ya no quedan Genets, ni rosas, ni efectos placebo: solo crujir de cristales. 
El fondo no es tan amargo.


jueves, 3 de noviembre de 2011

Impulsos

Patosa, me llamaste, cuando el salto me enredó los pies en el esparto.
No lo soy ya tanto si sólo sujeto un extremo de la cuerda. 

Suelto. 

¡Hop! Tú, ¡arriba! 
¡Baila!

[es]Red

Necesitamos una red que nos reúna y nos atrape a la vez en el mismo sitio, [puesto que] estamos solos, dando tumbos, wandering stars como aquella canción de los noventa, y esto provoca que, en la soledad funcional de nuestros cuartos funcionales, regidos por esas sombras que no queremos conocer que nos preguntan [o no] si nos ha ido bien el día y que se quedan sin respuesta, en medio de esa soledad conectemos nuestros dedos a la red y juguemos a ser y hagamos como que estamos viviendo todos juntos [todos: cualquiera que nos conozca. Cualquiera al que le suene nuestro nombre] en el paraíso de las fotografías de borrachera. Y el silencio de nuestras mesas [como] de hotel se rompe con la música y las risas de los otros, que entran en ellas para hacernos creer que no estamos tan solos como en los cuadros de Hopper. Pero lo estamos. Más aún.

lunes, 10 de octubre de 2011

La simpatía de los dátiles

Irse [ “oye, ¿has...? no, ¿y tú?”] de un bar acelerando el paso, reír a carcajadas en el patio y sin cuartel antes de entrar a un concierto, le poinçonneur des lilas se enciende un pitillo y aquí no hay nadie que tenga esa mirada de recelo.

Y entre nubes de humo blanco, cerveza y cristal en plena calle [desnudando el otoño con fotografías] recitar por qué no a Benedetti o un tratado [en] chino de jardinería, laten los labios vámonos, vino y especias y risas y una pirueta en el aire que trae y arrastra hojas caídas.

Resultó que ya sabía volar.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cromática tardía

Nos dicen que el rojo es el color del señor y de la guerra; y el azul, el del esclavo [lo dijo, hace mucho, Hegel], nos dicen de seguir nuestros deseos y usar nuestra razón; pero dicen en pie ahora, [después de tantos años] tras la vida cimentada en la memoria y en la silla fija frente al encerado. Nos dicen ahora, que aprendimos a aspirar a una vida tranquila sin batallas, anhelos ni ambiciones; y nos hablan del rojo y del deseo cuando esa sencillez y ese aprenderse [con miedo] las listas de nombres de autores y obras nos arraigaron en azul en las entrañas.

Temo que hoy sólo podamos aspirar a ser violados.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Nos reiremos del [y con] estilo


Ahora que ha pasado el tiempo [de duelo], es hasta ridículo ver cómo ciframos la realidad de lo vivido, cómo convertimos en metáfora el último polvo, la última línea o el último resuello para crear la ilusión de eso, de estar creando, de estar al fin en esa Literatura inalcanzable y soñada mil veces en la penumbra de los bares, esa Literatura a la que acercarse esculpiendo las palabras en la boca y en las hojas de una libreta de papel libre de cloro, y da mucha vergüenza releer ahora esos mira qué he hecho, mira qué he dicho, qué bien suena y qué bien escogidas como perlas las palabras, porque esas palabras quizá en menos de un año nadie recuerde ni use [siempre en detrimento de la imagen] y a veces se me ocurre, sólo a veces, si no nos estaremos envenenando de metáforas. 


Creo que me vuelvo a la escuela.  

martes, 2 de agosto de 2011

[Es]tiras de un verano o Madrid no se acaba nunca

Antes no era así. Pero ahora, cuando estalla julio en tormentos de verano, está la compañía para beberse [no Martín Códax pero sí el frescor y el cuerpo de noches infames] y bailar con las sombras canciones sin nombre que suenan a soul.
Amanece calma. 
 Descubres que flotas descalza entre paredes blancas; 


Caes en quince, en siete y en tres tiempos, te alzas en dos, en uno, [respiras]
Y cuando te cierran los ojos [lejos, muy lejos, se apaga el rumor de truenos] descubres que la oscuridad es un lienzo de seda que te envuelve y te protege de suplicios que no tienen que ver con madrugar por las mañanas y así, ojos cerrados, planeas, exploras, buscas recovecos, te abres [en círculos], te arrastras, te meces, te lanzas, y [movimiento auténtico] en los tiempos que hagan falta, te incorporas a tiempo para que suenen campanas. 


Agosto abre los ojos, y mira al final del cable. Comienza [despacio, sin miedo] a caminar. 

lunes, 25 de julio de 2011

El cambio de estación en Praga

Fui a Praga durante la cuadrienal de escenografía a que me vendaran los pies y a que las manos de una actriz me enmascararan el rostro. Fui, aunque tampoco lo sabía, a sentirme marioneta encorsetada en cintas de colores con unos coturnos oprimiéndome los pies, a ocultar media sonrisa tras el abanico, reencontrarme con viejos amigos en festivales junto al río, a escapar de un taxi en plena noche [“lo siento, no tengo dinero”] y a cruzar puentes y fronteras a la luz de esa luna que recuerda también a una máscara que sonríe a medias. Sólo recuerdo una palabra en checo y fue aquello que compartí con los que llegaron y con los que ya estaban allí. Aunque ahora, un mes después, parezca todo un cuento chino. 

Praga, junio 2011.
 

lunes, 13 de junio de 2011

Avda. Rimini, 2. D. (bajando a la derecha)

 (A Francesca.) 

Veo mi reflejo en tus lágrimas mientras giramos y giramos y me pregunto si [un desmayo, algo de sangre, un tercero, un final tonto] no será lo que les ocurre al final a todos, un cuento de borrachos que se beben [a Ginebras] tontos ciegos.
Y ahora que sólo giramos y giramos en esta noche sin fin y tú sólo lloras y roncas yo me sigo preguntando, primo inútil, si de verdad necesitaste el libro para atreverte a besarme. 




martes, 7 de junio de 2011

Nudo de cuerdas (provisional)


Albergamos un miedo tan atroz a sentir que perdimos nuestro tiempo que enseguida buscamos a alguien que nos lo ocupe, a alguien en quien derogar la culpa que, a posteriori, nos embargará por haber dejado que ocurriera.

Y consagramos la vida a esa tarea de búsqueda que se detiene con alivio a cada mirada de asentimiento, de condescendencia, de interés, que convierte el juego en un presagio de descanso incierto en nuestra vida y en ese tiempo abismal que nos aterra.

martes, 31 de mayo de 2011

Noticia

Leila Amat. Alcalá de Henares, abril 2011.




 
Abrimos los ojos con su velo enredado en las pestañas. Plegadas, no las vemos. 
Es muy difícil ahogarlas. 

domingo, 22 de mayo de 2011

Sol de mayo.

Somos (en ocasiones que sorprenden) lo que elegimos que nos represente. A falta de algo mejor.

Lau. Madrid, Sol. Mayo de 2011.

sábado, 21 de mayo de 2011

Que no nos hagan el avión

Siempre se las han ingeniado para que tragáramos. Nos han cambiado el plato, nos han puesto sal, pimienta o sombrillitas de colores. Pero ya no somos niños. Ni tenemos, pese a todos sus esfuerzos, un solo pelo de tontos.
No vamos a enrabietarnos, ni a chillar, ni a tirar la cuchara. Simplemente nos vamos a sentar, con la boca sellada, y a negar con la cabeza ante esas sonrisas que se les van a quedar frías.
Nos dirán que muy bien, que si no lo queremos, nos lo guardan para la merienda, o para la cena, o para el desayuno de mañana.
Pero saben que por mucho que intenten conservarlo, terminará apestando a podrido. Y hasta ellos tendrán que admitir que esto no hay quien se lo trague. Ya no.

sábado, 14 de mayo de 2011

S.O.S. (casi) por cinco

Ya no sé qué hacer con las voces de mi cabeza. No es que me hayan invadido las músicas del festival del pasado fin de semana, que por cierto, me ha sentado de vicio. De hecho, escribiría una (otra) crónica a frases cortitas y descriptivas de no ser porque no estoy segura de si se sigue llevando el name-dropping, por lo que antes de empezar a citar grupos y versos de Patti Smith dedicados a Bolaño (y emocionándome por el camino y por accidente) me paso al valor seguro del discurso vacío. Sin quitarme la pulsera, eso sí. 
El caso es que no paro de preguntarme qué va a haber después, si es que hay un después. Si no estaré ya muy quemada de los gorjeos ininteligibles de mis veinte (y casi únicas, pobrecitas) compañeras de Vladivostok, del discurso a veces difícilmente inteligible que me interrumpen o de quejarme de que me interrumpan, si total, parece que a nadie le importan un carajo la filología o las formas cuando el sillón del despacho es reclinable y la libertad de cátedra permite llenar una clase de eminencias para una masturbación colectiva en honor a un amiguete difunto.
Que conste que no me disgusta el voyeurismo. Pero en ocasiones preferiría hacer cosas, aunque sea algo tan tonto y tan poco valorado como aprender a diseccionar un texto a ver si con suerte, esas otras voces galvanizadas me ayudan, si no a saber qué va a haber después, sí a sentirme como después de un festival: más viva.
Yo ya me callo. Que hablen (y se entiendan), si es que pueden, entre ellas.
  

domingo, 1 de mayo de 2011

[Es] toques de abril

Contar de historias lunares [volando entre vilanos]

a los ojos de los otros:

Voces [hace tiempo que no] niñas

y esa crueldad de marfil.



Se disipa el otogomo


[Qué pensaría mi dentista].

domingo, 24 de abril de 2011

Nieva

Hace tanto frío que la cremallera del bolsillo me muerde la piel, y la leche del desayuno ya no calienta la garganta, pero no hace falta hablar, sólo seguir amontonando nieve y terminar el muñeco que estamos haciendo.
Qué ilusión, hermanito, la nieve, qué contento y qué ilusión te hizo cuando te desperté hoy y te dije ssshhh ya verás y te puse la leche en el tazón del desayuno con la mano metida en el bolsillo, bebe la leche hermanito que vamos a jugar con la nieve, ya verás qué sorpresa damos a todos, y cómo callabas con los ojos bien abiertos, por una vez cómo callabas, tú que siempre hablas de más y siempre gritas con esa vocecilla ruidosa todo lo que hago aunque te diga ssshhh pero hoy dije ssshhh y como era nieve recién caída, cuajada, blanca, la nieve que te prometí, te acuerdas, callaste y sigues callado cuando la nieve te rodea, con los ojos cerrados y escarcha de leche helada en las comisuras de los labios, la nieve me irrita la piel pero tengo que acabar antes de que despierten todos y te busquen, pero aún no ha amanecido y aún queda tiempo y aún siguen cayendo esos copos lentos.

domingo, 10 de abril de 2011

Hilos de humo

Solamente decimos no te enamores a quien sabemos que puede caer, sólo decimos no te fíes a quien sabemos que va a cerrar los ojos; sólo insultamos al que vemos que le duele y sólo decimos vete al que sabemos que va a quedarse. Elogiamos la soledad, elegimos el placer y el hic et nunc, aunque en el fondo muy al fondo palpita el no se te ocurra enamorarte, claro que entonces, qué sería del magnetismo perverso de ese cable tendido ante el abismo.

sábado, 9 de abril de 2011

Poco más que añadir VII

Algunos países actúan como una droga. Es el caso de China, que tiene el sorprendente poder de convertir en pretenciosos a todos aquellos que han estado allí, incluso a todos aquellos que hablan de ella.


La pretensión induce a escribir. De ahí la ingente cantidad de libros sobre China. […].
 
Nada permite tanto dárselas de algo como decir “Acabo de llegar de China”. Y todavía hoy, cuando intuyo que alguien no me admira lo suficiente, recurro a un “cuando vivía en Pekín”, pronunciado como quien no quiere la cosa y en un tono de voz indiferente.”


[…]

El esnobismo no es la única explicación. El elemento fantástico es tremendo e irresistible. Cualquier viajero que desembarcase en China sin una buena dosis de fantasías Chinas, no vería más que una pesadilla.

[…]

Por supuesto, estaba la Ciudad Prohibida, el Templo del Cielo, la Colina Perfumada, la Gran Muralla, los sepulcros Ming. Pero eso era para los domingos.

El resto de la semana estaban la inmundicia, la desesperación, la corriente de hormigón, el gueto, la vigilancia, disciplinas en las que los chinos sobresalen.

Ningún país deslumbra hasta tal punto: las personas que lo abandonan se refieren a las maravillas que han visto. Pese a su buena fe, no suelen mencionar una fealdad tentacular que no ha podido pasarles por alto. Se trata de un fenómeno extraño. China es como una hábil cortesana que consiguiera hacer olvidar sus innumerables imperfecciones físicas sin siquiera disimularlas, y que inspirase una admiración incondicional entre todos sus amantes.
El sabotaje amoroso, Amélie Nothomb


sábado, 19 de marzo de 2011

Insectos de invierno

En menos de un minuto de retención de aliento Frente a la piel tierna del brazo, manos tensas, voraces [uno, dos, tres, cuatro] los picotazos del aguijón curvo. Ni siquiera sangran, sólo [testigos, señalan] ahí. 



De Instrucciones para una infancia alegre o Nunca desprecies la línea del bajo: Interior

sábado, 5 de marzo de 2011

De sedas y sombras

Llegó a amarla tanto tras aquel encuentro efímero, los cruces de palabras tras los pabellones y los mensajes furtivos en las lunas claras que llegó a temer por que los caracteres atravesaran la coraza del papel y envenenaran su piel de sílabas y máscaras.

Probó mil sustancias y transmutó cientos de especias hasta que clara, sencilla y perfecta, se le desveló la fórmula. Por primera vez en mucho tiempo, deslizó el pincel a trazo firme y ya le parecía sentir la caricia de su seda henchida entre las flores de almendro.

Pero aquel blanco roto en la carta parecía un rechazo; y el leve perfume, el de otra mujer; y lejos, muy lejos, con el rostro entre las manos, ella aún percibía cómo, junto a la acritud del papel que arde, se iba desvelando un extraño aroma ácido.

domingo, 13 de febrero de 2011

Persevera (Acción cotiana II)

Como una grotesca mano de mortero, aferrarse la cabeza y golpear con ella el suelo, la pared, el marco de la puerta.

No, no se acalla

Se deslizarán garganta abajo los grumos de sal molida.



De Instrucciones para una infancia alegre o Nunca desprecies la línea del bajo: Interior.

domingo, 30 de enero de 2011

Ella [altera]

Esa amante con la que engañar a las parejas de improviso estables, equilibrio y hogar,

 Girl I want you.

no está hecha para ocasiones.

De amargor [es], éxtasis, [de] canonizaciones estéticas.

Sólo […], por favor.

Las fotografías [memoria, marco, red] de las parejas [sonrisas, otoño, catedrales con suerte] provocan preguntas sin motivos:

cuántas y sobre todo, cuáles de aquellas mitades que juegan a ser amantes en locus amoenus [sin cuchillas, sin sangre, sin frutas prohibidas] habrán renunciado, al menos de palabra, a la literatura.


Con la boca pequeña, también me pregunto si un otoño se repite.

 She's not there.

lunes, 24 de enero de 2011

Sobre piel

Somos (con frecuencias relativas) lo que dejemos que nos impregnen los otros en la carne dulce, tibia, tierna.


Madrid, octubre 2010. Fotografía: J. J. Martínez Palacín y Leila Amat.





-No sé cómo podías estar tan envenenada.

(enero, 2011).

sábado, 22 de enero de 2011

Exhalación (II): la violencia en el relato

-¿Qué te parece?

-Que es como hacer gastronomía de vanguardia con la carnaza del telediario. El sabor no está conseguido por los materiales, pero da el pego. Y tus lectores se la van a tragar igual aunque digan que qué duro, que qué pena de niño soldado, qué pena de putita de doce años con ese cerdo gruñéndole encima, etcétera. Que eres el sobrino favorito y lo vas a seguir siendo aunque tus personajes ahora se estrangulen en vez de hacer el amor a la manera de los dioses.

-...

-Es sólo una opinión, no me mires así. Claro, que otra historia sería si, por ejemplo, en vez de esa imagen tan evocadora de la bella y la bestia, les cuentas lo asquerosa que sabía la polla de ese primer tío que la reventó por dentro. Total, a estas alturas, no nos van a dejar sin postre, ¿no?

jueves, 13 de enero de 2011

Con tacto (II): asperezas

No tengas miedo, tonta. No te escondas, anda. Siéntate aquí. Raspo, ¿eh? Ssshh. Ven aquí. La mano, más suave. Así. Muy bien. Lo estás haciendo estupendamente. Tranquila... muy bien. Pero no llores. Eh, ¿qué pasa ahora? Tranquila, mi niña. Ssshh. Así. Mejor. ¿Ves qué bien?

Ahora sé buena y dame un beso.

Te dejo cerrado. Hasta mañana. Y que duermas bien.


martes, 4 de enero de 2011

Creación colectiva y plurales mayestáticos (qué vergüenza)

Cuando ya ha pasado el tiempo suficiente [el tiempo de duelo] para que lo que sea de que queramos hablar esté muerto, enterrado y reseco, ordenamos las acciones en secuencias de actos que [en parte] nos justifiquen: hicimos aquello porque era necesario para que ocurriera esto, etcétera; y está bien, es gratificante saber que todo aquello ocurrió para llegar a donde estamos ahora, que fue necesario convertirse en una noctífaga hija de puta capaz de morder a su propia madre para ahora ir sonriente cada mañana al trabajo.

Tranquiliza pensar que todo tiene una razón a posteriori, que vamos en la dirección correcta hacia un cierre perfecto de anagnórisis en el que reírse de todo esto.


Siempre que todo esto, claro, no venga a ser una estructura circular sin tiempo ni espacio, condenada a repetirse y repetirse y repetirse en una noche que puede palparse en sus coordenadas ciegas. Y entonces, vamos a ver cómo salimos de aquí.