martes, 31 de agosto de 2010

B207 y la anagnórisis de sombras


Otra vez aquí. Los caracteres [el que forma la palabra esperanza también significa raro, escaso], el Mc Donald's junto al hutong flanqueado de puestos callejeros, la habitación B207 que parecía resquebrajarse anoche cuando comenzó a llover. Las intuiciones.



La ciudad entera son sombras difusas con una intercomunicación más ficticia que el aquí censurado Facebook, Youtube, Blogspot, Wordpress, párrafos enteros de Historia recortada del año en que nací y de los que sólo quedan conjuntos elididos.


De tanto en tanto el foco de curiosidad del laowai ilumina una parte, sólo una pequeña parte [volver al lago Houhai - las luces de neón, las ondas del lago, el nudo en la garganta-, callejear por hutongs cercanos, por los rascacielos de Sanlitun, por las estrellas entre las baldas de The Bookworm] mientras el resto se mueve en las sombras, sin esperar a nada, creciente, latente, un gigantesco y laborioso insecto de carga que soporta veintidós millones de almas acodadas en los escombros de lo que puede ser.


Nunca sabremos dónde termina la sangre y comienza la lejía, leo recostada [sumergida] en un cojín junto a la ventana del segundo piso que es en realidad el primero de una biblioteca donde me he topado con la Creta de Fernández Mallo, con Quimeras, con otro pedazo de las cenizas que hace tanto se esparcieron.


Houhai se guardó en silencio mis lágrimas de nostos, de café soluble, de búsqueda constante. Y quizá otros vean mofa en la sonrisa, pero yo veo bienvenida.


He vuelto.



martes, 24 de agosto de 2010

Yo no pedí ser tan torpe, señor Steichen o Al menos la maleta cierra bien.

Redundo disculpas:

Lo siento, pero las cámaras y yo nunca nos hemos llevado bien. Pasaría por lo contrario, a juzgar por lo mucho que me gusta hacer la Kiki de Montparnasse, pero me exhibo de forma masoquista porque no salgo bien en las fotos. Eso sí, por intentarlo que no quede. Pasarán años y seguiré sin rendirme.

Mi relación con la fotografía se puede resumir en bastantes años de muda espectadora, al principio impuesto y después ya no tanto (y me importa bastante poco eso de la esclavitud es mala pero peor etcétera etcétera). además de un par de experiencias como modelo para valientes incautos con réflex y paciencia bíblica.

Y eso se puede resumir aún más diciendo que no tengo ni puta idea de disparar la cámara digital compacta que me regalaron para que marcara con un yo estuve allí invisible todos los sitios que pisare, hollare o profanare. Me da una vergüenza horrible que algún turista sonriente me pida que le saque una foto delante de algún monumento: el pobre no podrá mostrarle jamás a su familia que él estuvo ante, pongamos, la fachada de la Universidad de Alcalá (y ellos no) porque lo que aparece en la fotografía es un aborto híbrido de alguien con bermudas ante algo que no parece ni remotamente un edificio.

El caso es que mañana me largo a otro continente (en fin, es sólo un mes, que nadie se alegre demasiado) en el que escribir y seudopublicar en mi idioma me va a ser bastante difícil, y más teniendo en cuenta que la velocidad de la conexión deja bastante que desear. Con la censura de redes sociales, blogs y buscadores varios debería ir (qué ironía más mala) más ligera de carga, pero como resulta ser al contrario tiraré de ciertos amigos de reputadas paciencias para torturarles con mails que mantengan un poco el tinglado. Lo dicho, disculpas de antemano por el desaguisado. Sólo espero que el destino haga el resto: hay cosas de China que sólo pueden describirse parpadeando con cara de laowai caída del guindo. Bendita cámara digital compacta: prometo que allí he visto Cola-Cao de naranja. Por ejemplo.

lunes, 23 de agosto de 2010

Amanecer (es) tan idos.

Uno. Rueda de autobús sin antifaz, 7:35 Sants término 7:52; ver desperezarse desde la terraza las agujas de la ciudad. Arena, olas, proyectos, La vida es sueño y hay tanto por aprender y a todos nos falta algo pero muy pocos lo intuyen y saben a sal los labios y se aventuran por la piel gotas dulces de fruta demasiado tentadora para estar prohibida. Por qué, no sé, tenía ganas, apetecía, qué sé yo, qué más da... Bienvenida a Razzmatazz. [I have never [...] como en la canción de The XX].Volver con la grey. D

os [sua], hic et nunc. Soñar con las últimas cerezas del verano. Guía de la ciudad efímera como una improvisación o una performance: no hay fotografías, no hay vídeos, miradas Dogma 95, agua, calor, espiar entre maderas, limón straciatella, letras imposibles. Un muro argamasado con manos de dioses antiguos. Asomarse a un Epidauro. Buscar el noveno estrato de algo que puede ser Troya.

(Creo que voy a empezar a romperme).

Tres, cierra los ojos otra vez. ¿Bienvenida a Barcelona? (ya no cuela, ¿no?), graniza café. Quimeras en los pasillos blancos del MACBA que se asoman a la plaza llena de sol, de verano, de Kafka y de mensajes. Aquí, ahora mismo. Media hora de esdrújulas. En serio. ¿Adiós? Ni se te ocurra. Hasta Teardrop y los callejones felinos.



Otoño llega con prisa.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Ginebra

Lanzarote cruzó el puente de la Espada y se dio cuenta de que no era para tanto. Después de echarse yodo en los rasguños, pudo ver que de tanto soñar con Ginebra había gastado su rostro y ahora la belleza no estaba ni en el barniz de su cuello ni en la sombra de sus ojos; Ginebra se diluía en líquido turbio de sus noches a solas y Lanzarote le arrojó a la cara uno de esos manojos de pelos que la muy guarra siempre dejaba prendidos en el cepillo. Ella frunció el ceño y le gritó, pero a él ya no le importaba. Se largó, sin caballo, solo y olvidado, a lo lejos aún se oían sus gritos de borracha y a él, a Lanzarote, seguía manándole poco a poco la sangre de las heridas.



*Publicado en la primera versión del blog en 2009 (que fue posteriormente eliminada) y recuperado y leído el pasado 16 de marzo junto a poemas de J.J. Martínez Palacín, Aitor Z., Ernesto Filardi y Francisco José Martínez Morán. Intrusismo de prosistas, que dicen por ahí.

domingo, 15 de agosto de 2010

Ya ha pasado casi un mes desde que envié mi personal valoración crítica de las conferencias de aquel curso de verano sobre literatura.

Aún no he recibido respuesta de ningún tipo.

No sé si quiero empezar cuarto. (Aun así, fue divertido).

sábado, 14 de agosto de 2010

Esto están un suizo, un americano, un albanés y un epañol hablando inglés en un bar coreano y...

-¿Seguimos con los chistes?

-Yo sé un chiste albanés.

-Venga, Besjian, cuenta.

-Pues esto es una familia albanesa que emigra a Grecia y mete al niño en un colegio griego, claro. Y el primer día la profesora le dice: bueno, Beni, que es un nombre albanés típico, vale, bueno pues a partir de ahora como estás en Grecia tendrás un nombre griego como todos, ¿vale? Y el niño, vale. Te vas a llamar Kosta, le dice la profesora, que es un nombre típico griego y el niño, vale. Y cuando vuelve a casa le dice su madre hola Beni, qué tal el colegio, y el niño ni caso, y la madre, Beni a cenar, Beni a dormir y el niño, claro, ni caso. Y al día siguiente el niño entra en clase llorando y hecho un cromo. La profesora le pregunta “pero Kosta, ¿qué te ha pasado?” y el niño responde “los albaneses, que me han pegado”.

-...

-Joder.

-....

-Joder.


lunes, 9 de agosto de 2010

Rasgar mil parpadeos

Serían como las diez de la noche pero no se veía un alma, y vagué por el recinto cerrado del campus sintiéndome el único ser vivo, fuera la ciudad no duerme y en Sanlitun y Nanluoguxiang corren la cerveza y los cócteles dulzones pero aquí no hay nadie, ni siquiera hay luces, recuerdo que miré al cielo pero no vi ni una estrella, sólo ese casco espeso y gris que convertía el sol en un círculo que se podía mirar sin guiñar los ojos y que continuaba en la noche, oscuro, denso.

Un cuarto de hora antes, más o menos, aunque anochecía tan pronto que perdía la noción del tiempo, me había asomado a una caseta iluminada por el resplandor de mil pantallas pequeñas que despiezaban el campus en mil escenas simultáneas. Me había quedado allí un rato, atisbando por la ventana, y lamenté no haber traído la cámara, fotografiar a otros, o fotografiar espacios vacíos, qué más daba. Me pregunté si no habría en otra parte otra caseta exactamente igual, a cuya ventana alguien me estaría espiando.

Volví despacio, velan por mi seguridad, bordeé sin hacer ruido los jardines entre los que, escondidas (a las doce cierran los dormitorios de las chicas con cadenas y les apagan las luces) se ven parejas que se abrazan casi como si se sostuvieran, susurrándose.

Aún no me acordaba de Fahrenheit 451 ni de 1984 ni de otras distopías, pero no faltaba mucho para que lo hiciera.

jueves, 5 de agosto de 2010

Poco más que añadir II

“Lo mejor de escribir no es sólo la tarea en sí de colocar palabra tras palabra, ladrillo sobre ladrillo, sino los preliminares, los trabajos preparatorios, que se hacen en silencio, en cualquier circunstancia, en sueños igual que en vela.”


Henry Miller, Sexus.

No future

Dicen que es el futuro. Era automático, como si estudiar cualquier lengua necesitase una justificación, como si intentar comprender la estructura de pensamiento de otro necesitara una excusa tal como que el otro iba a beneficiarnos después.

China igual a futuro era una convención y un dogma que podía ser cierto o irse al carajo como un Hindemburg pero a mí, realmente, me daba exactamente igual. Llevaba demasiados años con declinaciones y usos del verbo sum como para que alguien me viniera a hablar de lenguas vivas o niños muertos con los ojos como símbolos del dólar.

Y es que nadie de todos los que rimaban China y futuro estaba en mi cabeza cuando empecé a repetir una y otra vez, en la biblioteca o en mi cuarto o en algún que otro garito los trazos ordenados de los caracteres, lluvia, luna, sol, amigo, tú, yo, etcétera, hasta que fuese capaz de combinarlos. Llenaba páginas y páginas, márgenes de apuntes, o me emborronaba las manos o manchaba servilletas de descarado presente. La peor tinta es mejor que la mala memoria, recuerdo que leí una vez, y yo tenía que grabarme como fuera al menos cinco mil más para acariciar la superficie de ese poliedro imposible.

lunes, 2 de agosto de 2010

Sobre las referencias literarias (Inspiración III)

Toda obra literaria apreciada por la crítica de un autor semidesconocido, (especialmente, de narrativa; especialmente de novela), y mucho más si está muerto o si le rodea un aura de malditismo ya por las circunstancias de su muerte o por las de su vida o las de las personas que le rodearon, es susceptible de ser adoptado como referente. [...]Por tanto, el novel habrá de conocerle e idolatrarle, pero no sólo en el momento de la apreciación de la crítica sino antes, mucho antes, cuando dicho autor era casi un desconocido despreciado. La expresión casi desconocido deberá aparecer en las conversaciones sobre literatura al menos cuatro veces cuando dicho autor salga a relucir*, y el novel se autoafirmará como defensor acérrimo de éste.”


*menospreciado, infravalorado, incluso minusvalorado, son adjetivos a tener en cuenta.



Novelas (y noveles) sin fecha de caducidad: Capítulo 6: Si no puedes con el mainstream únete a él, Hostal Proust Ediciones, 2008.



domingo, 1 de agosto de 2010

Ruidos (II)

Mi hermanito sigue llorando.

Yo sólo quería que callara. Sólo que callara. Llora y llora y mamá dice que yo era igual a su edad pero yo no podía ser así tan pequeña y tan rosa y tan fea y llorando y llorando sin parar y la boca manchada de leche, qué asco, yo no podía eructar así ni chillar así ni oler así y yo sólo quería que se callara de una vez como cuando lo trajeron tan pequeñito y tan dulce dormidito y papá y mamá están en el cine y la vecina en el salón no para de reírse y no le oye pero yo sí y sigue llorando y huele mal y siempre fue así desde que llegó tan rosadito y tan dormidito.

Y yo sólo quería que callara. Por eso machaqué las pastillas de mamá y las metí toditas en el bote de la leche en polvo y vi cómo se la tragaba toda, cómo bajaba por el biberón hasta su boca rosa y manchada de leche y cómo eructaba después, pero tengo miedo, tengo miedo de que vuelvan y no les guste verle dormidito y callado al fin y por eso le agito el pie o la mano o la cara cada poco, no te duermas no te calles sigue llorando. Mi hermanito sigue llorando.