Hoy, a modo de homenaje, podemos embriagarnos con láudano y absenta, o subir a Parnasos con garrafas de hidromiel barato, podemos buscar a Dios en las manos del obrero, en el cuerpo de la mujer, en el polvo de barro y en sombras; podemos incluso componer loas al diablo. O a la ciencia, que también tiene lo suyo.
Podemos hablar de caballos, tigres, fresas, azules, cerezas, lluvia y jazz, o de blues, vino y espejos, de la lluvia en la ciudad (París mucho mejor siempre); podemos vivir en los nombres y vomitar sobre adjetivos, y en un alarde de ingenio siempre puedes marcar su número y cuando conteste, decir felicidades, porque sí, como un romántico, como un ingenuo. Qué bonito.
2 comentarios:
Todavía es 21 de marzo?
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