sábado, 20 de marzo de 2010

Inspiración (II)

Ejemplo de argumento de una novela original:

"Una estudiante que, para huir en parte de un entorno sobreprotector y en parte guiada por su insaciable curiosidad, aprovecha una beca para estudiar varios meses en un país extraño: con una estructura de relato iniciático, va narrando sus experiencias: desde unos comienzos que debido a los choques culturales resultan casi traumáticos (aunque divertidos para el lector, por lo reconocible de las situaciones), un novio (personaje oponente) que la deja después de varias tensiones relacionadas con su nueva vida y en definitiva de los cambios (la distancia y las distintas velocidades de sus tiempos); a esa amalgama de clases, fiestas, drogas, amistades, polvos, interculturalismo, etcétera, etcétera. Finalmente se va aunque no nos dice adónde. Un ejemplo de diálogo final sería más o menos del tipo (en una azotea, la protagonista y el auxiliar exhalan humo a la última noche de la protagonista en el país): “-¿no vuelves a casa?” “-una vez leí que el hogar no es un sitio”. La protagonista haría aquí un guiño a ese otro personaje auxiliar que ha conocido y con quien ha tenido sus roces hasta que con eso de la partida y tal terminan mostrando esa complicidad que implica al lector-espectador, que sonríe melancólico, cierra el libro y automáticamente, lo olvida."

Novelas (y noveles) sin fecha de caducidad, Hostal Proust Ediciones, 2008

Me voy al supermercado.

1 comentario:

celemin dijo...

El relato de un Erasmus no es muy original, pero bueno...
Si te sales de lo cotidiano y metes al personaje en alguna historia subrealista, entonces tal vez...