jueves, 13 de enero de 2011

Con tacto (II): asperezas

No tengas miedo, tonta. No te escondas, anda. Siéntate aquí. Raspo, ¿eh? Ssshh. Ven aquí. La mano, más suave. Así. Muy bien. Lo estás haciendo estupendamente. Tranquila... muy bien. Pero no llores. Eh, ¿qué pasa ahora? Tranquila, mi niña. Ssshh. Así. Mejor. ¿Ves qué bien?

Ahora sé buena y dame un beso.

Te dejo cerrado. Hasta mañana. Y que duermas bien.


5 comentarios:

Ana dijo...

La verdad es que este blog no tiene desperdicio, tienes entradas muy buenas, ¡congratxuleishons!

Beíta dijo...

Mmmmm
Yo no sé qué imaginarme ya...
;)

Martín dijo...

Morbosa fantasía consoladora...
Saludos!

Anónimo dijo...

¡Qué puta manía de intentar hacer belleza de la mierda!¡Pretencioso! ¡Cómo os gusta recrearos en la ponzoña! ¡Oh, niñas violadas, oh mujeres muertas, oh hombres malos, oh oh oh! Totalmente gratuito.

Anónimo dijo...

Anónimo no será que solo ves un lado de la tortilla y el otro te hace daño? No es gratuito que abramos la mente a lo que en realidad es. No queremos la realidad, pues es esa. Duele? Por qué?