miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cómo.

Cae la noche como un grito. Sábado. Sabes qué, lleva retraso... ¿Vas a volver? ¿Queréis apostar? La última. Llueve. De profundis en la terminal. Eh, eh, chica, despierta, tu vuelo...¿entiendes? Lágrimas que enturbian el palacio, amarillo, azul, cristal, de Norman Foster. Vacío.

Seis horas como la diferencia de luz con el otro extremo.

Doce más, sueños turbios, [Kid A, Kid A].


Dos bolsas de mano, una taza metálica, un ordenador portátil, unas gafas, un cuerpo, se precipitan por las escaleras.

Madrid, tan acogedora.

Se intuyen rasguños, se quedan en nada. Bienvenida.

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