lunes, 23 de agosto de 2010

Amanecer (es) tan idos.

Uno. Rueda de autobús sin antifaz, 7:35 Sants término 7:52; ver desperezarse desde la terraza las agujas de la ciudad. Arena, olas, proyectos, La vida es sueño y hay tanto por aprender y a todos nos falta algo pero muy pocos lo intuyen y saben a sal los labios y se aventuran por la piel gotas dulces de fruta demasiado tentadora para estar prohibida. Por qué, no sé, tenía ganas, apetecía, qué sé yo, qué más da... Bienvenida a Razzmatazz. [I have never [...] como en la canción de The XX].Volver con la grey. D

os [sua], hic et nunc. Soñar con las últimas cerezas del verano. Guía de la ciudad efímera como una improvisación o una performance: no hay fotografías, no hay vídeos, miradas Dogma 95, agua, calor, espiar entre maderas, limón straciatella, letras imposibles. Un muro argamasado con manos de dioses antiguos. Asomarse a un Epidauro. Buscar el noveno estrato de algo que puede ser Troya.

(Creo que voy a empezar a romperme).

Tres, cierra los ojos otra vez. ¿Bienvenida a Barcelona? (ya no cuela, ¿no?), graniza café. Quimeras en los pasillos blancos del MACBA que se asoman a la plaza llena de sol, de verano, de Kafka y de mensajes. Aquí, ahora mismo. Media hora de esdrújulas. En serio. ¿Adiós? Ni se te ocurra. Hasta Teardrop y los callejones felinos.



Otoño llega con prisa.

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