miércoles, 31 de agosto de 2011

Nos reiremos del [y con] estilo


Ahora que ha pasado el tiempo [de duelo], es hasta ridículo ver cómo ciframos la realidad de lo vivido, cómo convertimos en metáfora el último polvo, la última línea o el último resuello para crear la ilusión de eso, de estar creando, de estar al fin en esa Literatura inalcanzable y soñada mil veces en la penumbra de los bares, esa Literatura a la que acercarse esculpiendo las palabras en la boca y en las hojas de una libreta de papel libre de cloro, y da mucha vergüenza releer ahora esos mira qué he hecho, mira qué he dicho, qué bien suena y qué bien escogidas como perlas las palabras, porque esas palabras quizá en menos de un año nadie recuerde ni use [siempre en detrimento de la imagen] y a veces se me ocurre, sólo a veces, si no nos estaremos envenenando de metáforas. 


Creo que me vuelvo a la escuela.  

3 comentarios:

Trapi dijo...

Ya actualizamos hasta el mismo día... ;)

Me ha gustado el texto.

Saludos

Canichu, el espía del bar dijo...

La vida en sí es una metáfora... aunque hay algunas que es prosa descarnada.

Yeka dijo...

Puede que si, pero algunas veces (sólo algunas veces)la metáfora hasta aliviana las cargas.